Los amortiguadores son una parte clave de la seguridad de un vehículo. Estos son los problemas que puedes tener si están en mal estado y cómo detectar fallos en ellos.
Normalmente, asociamos al amortiguador a la absorción de impactos, pero esto es una verdad solo a medias. No solo evitan que nuestro coche rebote sin control por la carretera.
Parte indispensable del triángulo de la seguridad de nuestro coche (amortiguadores, neumáticos y frenos), es además una pieza importantísima para garantizar una conducción confortable.
El funcionamiento de un amortiguador depende de factores como el estado de la carretera, la carga del vehículo, los kilómetros recorridos o el desgaste asociado a factores climatológicos como el frío, el calor o la humedad. En cualquier caso, y como el desgaste a veces no es perceptible, es recomendable realizar revisiones periódicas de estos elementos cada 20.000 kilómetros.
Conducir con amortiguadores en mal estado tiene nefastas consecuencias:
• Nuestros reflejos disminuyen en un 25% y se incrementa considerablemente la distancia de frenado.
• La adherencia del neumático a la carretera se reduce o anula prácticamente, mientras que la dirección se vuelve inestable.
• Por otra parte, unos amortiguadores en mal estado no permiten trazar correctamente las entradas en las curvas y favorecen el deslizamiento del vehículo al salir de las mismas.
• Por último, el mal estado de los amortiguadores favorece que se produzca el efecto aquaplaning, impidiendo el adecuado control del vehículo.
8-signos-amortiguadores-desgastados¿Cómo puedo saber si los amortiguadores de mi coche están en mal estado?
Hay tres formas de detectar fallos:
• Si percibes que se producen oscilaciones al conducir, o si observas manchas de aceite al mirar detrás de las ruedas.
• Si, al frenar en seco, el vehículo se hunde más hacia la parte frontal, se desvía hacia los lados o es difícil de dominar.
• Si al conducir el volante vibra, aunque el pavimento esté en buen estado… acude a tu taller y ahórrate un susto.